sábado, 18 de abril de 2020

Fortalezas familiares en tiempos de Coronavirus: Orientación familiar para el acompañamiento de los alumnos en el periodo de distanciamiento social







El brote de la enfermedad por Coronavirus ha llevado a muchos países a implementar medidas de distanciamiento social para mitigar el contagio de esta enfermedad. La mayoría de las familias han quedado en cuarentena y los alumnos toman sus clases en línea con el acompañamiento de sus padres o tutores.

Este distanciamiento social ha significado para los alumnos y sus padres, además de una separación y restricción del movimiento, un cambio abrupto de las actividades familiares y una fuente importante de estrés en todos los miembros de la familia.

En esta entrada se revisa el impacto psicológico de las medidas de distanciamiento social seguidas de 5 pautas para mitigar sus efectos negativos a partir de la activación de los procesos y capacidades propias de las familias. Basadas en un modelo de resiliencia familiar, estas pautas tienen el propósito de funcionar como recomendaciones para los agentes educativos que acompañan al alumno en el emergente escenario de la educación a distancia.

Impacto psicológico del distanciamiento social

En una revisión rápida de la evidencia del impacto psicológico de la cuarentena, Broocks, S. y otros (2020) reportan agotamiento, aislamiento, ansiedad, irritabilidad, insomnio, poca concentración e indecisión, deterioro del desempeño laboral y renuencia a trabajar como efecto de la cuarentena experimentada por las personas en regiones con emergencia sanitaria.

Los principales estresores por aislamiento social son:

Duración de la cuarentena y la incertidumbre

A mayor duración del tiempo de cuarentena mayor es el efecto psicológico. La falta de certezas y de respuestas a preguntas como “¿Hasta cuándo?”, “¿Qué día es?”, “¿Qué más puedo hacer para protegerme y proteger a mi familia?” impactan negativamente en la estabilidad emocional de las personas.

Miedo a la infección

Temores sobre la salud propia o miedo a infectar o a que los miembros de la familia se infecten, sobre todo si forman parte de la población con mayor riesgo de contagio o de complicaciones. Además de la preocupación excesiva por la posibilidad de contagiarse, pueden presentarse pensamientos obsesivos acerca de señales de malestar corporal o compulsiones para afrontar la ansiedad.      

Frustración y aburrimiento

La pérdida de la rutina habitual y la reducción de la vida social y el contacto físico con otros se muestra con frecuencia como causa de aburrimiento, frustración y una sensación de aislamiento del resto del mundo que genera angustia.

Suministros insuficientes

No contar con los suministros básicos adecuados (por ejemplo, comida, agua, ropa, alojamiento o servicios de salud) durante la cuarentena representa una fuente de frustración. Además, debido al cese de las actividades económicas no esenciales para mitigar el contagio, un elemento importante a considerar es la preocupación por las finanzas familiares.

Desinformación

Otra fuente importante de estrés resulta de la falta de claridad en las pautas sobre acciones a tomar y confusión sobre el propósito de la cuarentena. Existe importante evidencia acerca del impacto negativo que representan las diferencias en estilo, enfoque y contenido de los mensajes de salud pública debido a la falta de coordinación entre los múltiples niveles de gobierno involucrados. Suman a la desinformación y confusión la viralización de noticias falsas o alarmistas en redes sociales.  

Brooks, S. y otros (2020) concluyen que el uso exitoso de la cuarentena como medida de salud pública exige reducir, en la medida de lo posible, los efectos negativos asociados con la medida sanitaria. La evidencia indica que existen factores que contribuyen a mitigar el efecto psicológico del aislamiento social:

      Duración breve de la cuarentena (lo mínimo indispensable)
      Información confiable
      Suministros básicos (administración de las finanzas familiares)
      Reducir el aburrimiento
      Fomentar conductas de altruismo vs conductas de compulsión

Orientación familiar para el acompañamiento de los alumnos en tiempos de coronavirus

La emergencia sanitaria ha obligado el cierre de las escuelas y a dar continuidad al ciclo escolar a través de la educación a distancia.  Esto ha significado un cambio abrupto de las actividades familiares, padres y tutores en roles educativos (con poca habilidad) en un momento en que sus funciones parentales son bajas por el estrés experimentado por la pandemia.

Sin embargo, la familia puede considerarse como una fuente potencial de resiliencia, esto es, como un recurso para afrontar este periodo crítico. Walsh (2012) afirma que existen procesos y capacidades familiares que moderan el estrés y posibilitan a las familias afrontar las dificultades prolongadas, dejar atrás las situaciones de crisis y salir fortalecidos de ellas. Estos procesos reciben el nombre de resiliencia familiar.

A partir del concepto de resiliencia familiar, Walsh (2012) ha desarrollado un modelo para reconocer y estimular estos procesos y capacidades en las familias. El modelo, propuesto por esta autora, se basa en dos presupuestos elementales: 1) vivimos en una época en que los hogares se ven sacudidos por el estrés y la incertidumbre derivado de sustantivos cambios económicos y sociales y 2) Todas las familias tienen potencial para la recuperación, reparación y el crecimiento.

A continuación, se presentan 5 pautas para fortalecer las capacidades de las familias para dominar la adversidad en este tiempo de cuarentena.

Pautas para el fortaleciendo la resiliencia familiar

1)        Ayuda a los miembros a elaborar una evaluación del estrés y de las pautas de superación que presentan como familia.

Se recomienda que los miembros de la familia sean capaces de responder a las preguntas “¿De qué tamaño es la crisis por la que estamos atravesando?” y “¿Qué características tiene?” Para ello, resulta útil que busquen información confiable acerca de la pandemia y sus implicaciones, así como identificar y evitar noticias falsas y alarmistas. Contar con información sobre los efectos de la cuarentena en los niños ayudará a los padres a prever dificultades en la conducta de los hijos.

Además, se sugiere que los miembros puedan identificar sus recursos y fortalezas. Responder a las preguntas “¿Qué otras situaciones difíciles, tal vez parecidas a ésta, hemos superado como familia?” y “¿Cómo lo logramos?” puede no sólo contribuir a que den cuenta de sus recursos, sino motivar a utilizarlos en estos momentos.

2)        Ayuda a dotar de sentido a la crisis por la epidemia.

Explicar a los miembros más pequeños lo que está pasando y lo que va a ocurrir en esta etapa facilita organizar su experiencia y construir una narrativa que les brinde seguridad.  Se recomienda que esta explicación se realice considerando la etapa de desarrollo en la que se encuentran los hijos. Utilizar, por ejemplo, un lenguaje infantil y lúdico a través del empleo de dibujos, cuentos o actividades recreativas.

Por otro lado, responder a las preguntas acerca de “¿Qué cosas buenas ha traído esta crisis?” o “¿Qué aprendizaje valioso podría brindarnos esta situación difícil?” puede motivar a los miembros de la familia a aprovechar las oportunidades en medio de la crisis. Las familias podrán encontrar en la adversidad la coyuntura ideal para practicar nuevas habilidades, fomentar conductas deseables, conocer mejor a los hijos y volverse a conectar con ellos a un nivel afectivo.

3)        Ayuda a normalizar la angustia familiar.

Es importante ayudar a la familia a ver que los comportamientos y las emociones que experimentan los miembros de la familia son comunes en situaciones como las que se están viviendo.

Esta normalización, además de disminuir la angustia, permitirá a los miembros de la familia anticiparse a las emociones y poderlas canalizar de manera adecuada. Los padres representan un modelo para los hijos en este proceso de regulación emocional.

Además, se puede motivar a los pequeños a identificar sus emociones, ponerle un nombre a lo que sienten y expresarlo a través de mecanismos adaptativos.

4)        Ayuda a los miembros a recuperar, afirmar y construir recursos.

Elogiar lo que los miembros de la familia hacen que contribuye a promover un buen afrontamiento de la adversidad representa una buena pauta para centrarse en los aspectos positivos y dar cuenta de los recursos disponibles por la familia. A demás, dar crédito a lo que hacen bien los pequeños, los motivará a que repitan las conductas.

Se sugiere a los miembros de la familia buscar la intención positiva en la conducta de los demás en lugar de atribuirlo a mala voluntad. Esto permite a los padres, por ejemplo, un análisis empático del comportamiento de los hijos y moderar sus reacciones.

Los padres pueden encontrar útil sacar a la luz éxitos pasados y áreas de competencia en los hijos, respondiendo a las preguntas “¿Qué habilidades y cualidades que tiene mi hijo van a ayudar en esta cuarentena?” y “¿Qué talentos de mi hijo jugarán a su favor y al de la familia?”  

Como se ha mencionado, uno de los recursos más importantes para hacer frente a la adversidad se encuentra en la familia misma, es decir en las interacciones entre sus miembros. Destinar un tiempo de calidad con los hijos en medio de la crisis ayuda a mejorar la relación, limar asperezas y establecer una conexión afectiva importante. Destinar “5 minutos de oro molido”, es decir un momento al margen de los regaños, exigencias, sermones y castigos puede ser suficiente para mejorar en breve tiempo las relaciones familiares.  

Además de poner en práctica los recursos y capacidades con las que ya cuentan, los miembros de la familia movidos por las exigencias de la crisis, requerirán aprender nuevas habilidades. Destinar “5 minutos de entrenamiento” para ensayar y enseñar habilidades a los pequeños (relajación, autocontrol, regulación emocional, habilidades sociales, ayudar a los demás, etc.) puede ser un primer paso para ampliar el repertorio de capacidades de cada uno de los miembros de familia.

5)    Ayuda a los miembros a adoptar un enfoque positivo orientado al futuro

Estimular a los miembros de la familia a pasar de las quejas a los objetivos puede resultar útil en tiempo de crisis. Los padres pueden convocar a reuniones con todos los miembros para elaborar de manera conjunta un plan familiar para enfrentar la cuarentena, establecer una rutina y lograr acuerdos sobre aspectos importantes a tomar en cuenta en el hogar.

Se sugiere que los miembros adultos inspiren esperanza y optimismo a los miembros más vulnerables. Para ello, resulta útil dar el mensaje de que esta situación que viven es pasajera y que en algún momento volverán a la normalidad.

Celebrar los logros conjuntos y promover el agradecimiento son maneras de lograr un enfoque positivo en el hogar. Los padres pueden plantear “pequeños retos” que los hijos logren superar durante el día, revisarlos en la noche y celebrar sus esfuerzos. Para promover agradecimiento, los miembros de la familia pueden plantearse dos sencillas preguntas antes de irse a acostar: 1) ¿Qué pequeña cosa hice hoy por la que me siento satisfecho? y 2) ¿Qué pequeña cosa ha hecho alguien conmigo o por mí, de la que estoy agradecido?  

En situaciones adversas, como la actual, diversos factores escaparán del control de los miembros de la familia.  Por ello, es importante ayudar a la familia a aceptar las limitaciones humanas y aprender a ser flexible con respecto a las exigencias y algunas actividades. Los padres pueden ceder en lo secundario, mientras se mantienen firmes en lo importante con un sencillo ejercicio: enlistar los comportamientos indeseables y clasifícarlos en dos grupos. El primero representarán todas aquellas conductas que son prioritarias y no negociables. En el segundo grupo se incluirán las conductas que son secundarias y que por ende pueden ser puestas en la mesa de negociación.

Conclusiones  


Hasta aquí se han presentado diversas pautas para el fortalecimiento de la resiliencia familiar en el periodo de emergencia sanitaria. Las pautas se proponen ser de utilidad para guiar la orientación familiar a fin de asegurar el acompañamiento de los alumnos. Además, las pautas funcionan como recomendaciones para los padres de familia interesados en ponerlas en práctica.     



Fuentes:


.Brooks, S.; Webster, R; Smith, L; Woodland, L.; Wessely, S.; Greenberg, N.; James, G. (2020) The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. www.thelancet.com Vol 395 March 14, 2020. London, UK.
Domínguez, Jorge (2008) Preparando a los hijos para el éxito. Editorial Cree-Ser. Monterrey
Walsh, Froma (2012) Resiliencia familiar. Estrategias para su fortalecimiento. Amorrortu. Buenos Aíres.

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