En
el ámbito escolar pueden considerarse tres tipos de intervención desde la orientación educativa: directa,
indirecta (asesoría y formación) y mediante la utilización de métodos tecnológicos. En esta
entrada se hablará de la segunda, es decir, aquella que tiene el propósito de
incidir en el alumnado que presenta dificultades, a través de los profesores,
tutores y padres y madres debidamente asesorados y/o formados por el
especialista en Orientación educativa.
En
este escrito se revisan una serie de pautas para lograr una asesoría con
maestros desde un marco sistémico para los problemas del aula. Antes de esta
revisión y a fin de fundamentar la propuesta se presentan algunos presupuestos
básicos derivados, precisamente, de la perspectiva sistémica.
Presupuestos
básicos del asesoramiento sistémico en la escuela
Los problemas en el aula son
intentos de solución ineficaces de resolver los conflictos
Los
agentes educativos se pueden llegar a estancar en una determinada perspectiva del
problema y quedar atrapados en patrones de interacción recurrentes con sus
alumnos. Ambos, maestros y alumnos, experimentan con frecuencia estar envueltos en círculos viciosos.
Watzlawick
y otros (1992 ) explican que existen 3 formas comunes de afrontar
inadecuadamente los conflictos: 1) se necesita actuar pero no se actúa, 2) se actúa
cuando no se debe y 3) se actúa en un nivel lógico equivocado.
En
la primera forma de manejo del problema, el maestro, se conduce como si el
conflicto no existiera, de tal manera que el hecho de negar o minimizar la
dificultad le confirma la creencia de que no es necesario hacer algo para
remediarlo.
En
la segunda, el maestro realizará esfuerzos para eliminar una dificultad que
desde el punto de vista práctico resulta inmodificable o bien inexistente. Ejemplo
de ello es la expectativa de algún comportamiento o habilidad en el niño que,
por etapa de desarrollo, aún no domina.
En
la tercera, la maestra comete un error de tipificación lógica, al intentar un
cambio 1 cuando se requiere un cambio de tipo 2, o viceversa. Ejemplo de ello
puede ser esperar un cambio de actitud en vez de determinado cambio de conducta
en el alumno.
Nada es totalmente negativo en
la escuela
Por
lo general los agentes educativos perciben la situación difícil con algún estudiante
como totalmente negativa y es frecuente no tener conciencia de las excepciones
(es decir, los momentos en que el problema no está presente o aparece con menor
intensidad), ni de sus propios recursos. Con frecuencia están huyendo de la
angustia del malestar que les generan ciertas situaciones que presumen
incómodas o insatisfactorias.
Aunque
las interacciones entre agentes educativos y alumnos pasen por periodos
difíciles o críticos, siempre habrá elementos intrínsecos o extrínsecos que ayuden
a los miembros de este sistema a sobrellevar las situaciones y a seguir
adelante. Una búsqueda detallada de estos elementos y de las excepciones (o
también llamados “eventos extraordinarios”) puede sacar a la luz recursos,
oportunidades y posibilidades con las cuales comenzar a construir una solución.
Los alumnos y los maestros
cuentan con recursos y lados fuertes para resolver las dificultades
En una
asesoría sistémica se suelen tener en cuenta los recientes estudios acerca de
la resiliencia personal (Cyrulnik, 2002) y familiar (Walsh, 2004) que
proporcionan información acerca de la capacidad que tienen personas y grupos
sociales para hacer frente a las adversidades y salir fortalecidas de ellas.
Esta idea ayuda al asesor y al profesor a tomar una postura de colaboración que
permita evocar y ayudar a gestionar recursos y lados fuertes presentes. La
asesoría se convierte así en una consulta en donde el asesor ofrece ideas,
propone nuevas visiones y acciones y el profesor decide tomarlas, rechazarlas o
dejarlas en espera.
Los maestros pueden y quieren
colaborar
La resistencia
no es un concepto útil al momento de realizar una asesoría sistémica ya que
implica la creencia de que el maestro desea que las cosas sigan igual y que no están
dispuestos a realizar un cambio. Esta creencia produce expectativas que
influyen en el comportamiento del consultante de acuerdo a un fenómeno bastante estudiado que se conoce como "profecía de autocumplimiento".
Más
conveniente resulta la idea de que la maestra quiere colaborar en la solución.
Cada maestro manifiesta una forma particular de cooperar, y el trabajo del
asesor consiste, en primer lugar, en descubrir esa forma particular que ostenta
el profesor y, en segundo lugar, en cooperar con esa manera específica y, de
ese modo, promover cambios (De Shazer,1995).
En una
asesoría sistémica es necesario escuchar y observar atenta y cuidadosamente
para encontrar las pistas que ayuden a identificar las pautas peculiares de
respuesta cooperativa en el maestro para, una vez descubiertas, ajustar las
preguntas y las intervenciones a esas pautas.
Solo se necesita un pequeño
cambio para iniciar una solución en la escuela.
La
teoría de los sistemas aplicada a los sistemas humanos y a sus dificultades
sugiere que los grupos escolares no son sólo agregados de individuos. Un
sistema humano es más que la suma de sus partes. Puesto que un sistema es un
todo, cada parte está relacionada con las otras partes que el cambio en una
parte provocará cambio en todas las demás y en el sistema
total.
En
este sentido, la asesoría sistémica privilegia los cambios mínimos que tienen
el potencial de contagiar y expandirse gradualmente en las interacciones en el aula,
en lugar de buscar cambios drásticos totales en la estructura, patrones,
creencias y valores.
Existen muchas maneras de enfocar
una situación escolar pero ninguna es más correcta que otra
Para
cada acontecimiento que sucede en el mundo, existen dos o más explicaciones. Esta
forma de descripción se llama “comparación doble o múltiple". Además, desde una postura
construccionista, no existe una explicación última de la realidad. Un evento o
comportamiento en el contexto escolar puede definirse de diferentes maneras. La
asesoría es un espacio para negociar significados o construir nuevas
explicaciones.
Pautas
para una asesoría sistémica con maestros (basado en Domínguez, 2008)
1. Preguntar por los lados fuertes
Es
importante indagar acerca de lo siguiente (tanto en el alumno como en la
maestra):
• Cualidades
• Talentos
• Áreas fuertes
• Lo rescatable
• Lo que aprecias de él
2. Escuchar con empatía
Consiste
en igualar el lenguaje verbal y/o no verbal de nuestros consultantes con el
propósito de construir una relación basada en la empatía y el rapport, es
decir, basada en el intercambio digital y analógico de sus mapas o
representaciones del mundo. Las acciones a llevar a cabo son:
• Escuchar con atención
• Espejeo corporal: se trata de seguir sincronizadamente la
respiración y postura corporal que tiene el maestro en la entrevista a manera
de un espejo viviente frente a él.
• Parafrasear: Se trata de mencionar lo que se va
entendiendo, por ejemplo: “Si te entiendo bien, tú estás aquí porque…”
“Corrígeme si me equivoco, lo que te gustaría cambiar en…”, “Así que lo que
funcionó en las primeras semanas fue…”
• Hacer un resumen
3. Buscar intentos de solución Ineficaces
• ¿Qué es lo que has intentado hacer para ayudar al alumno y
no te ha dado resultado?
• ¿Qué efecto tuvo en tu alumno?
• ¿Cuál es la buena razón por la que intentas resolverlo de
esa manera?
4. Buscar excepciones
• ¿Cuándo fue la vez más reciente en que el alumno logró
portarse bien?
• ¿En qué momentos está más atento?
• ¿En qué momento lo ves más seguro?
• ¿Qué es diferente cuando le va mejor en las clases?
• ¿Qué de lo que hiciste le ayudó a lograrlo?
¿Cómo lo lograste?
5. Establecer metas
• ¿Qué vas a ver en tu alumno cuando las cosas vayan mejor?
• ¿Cuál sería el mínimo cambio que le gustaría ver en
Juanito?
• ¿Cuáles serían las evidencias de que el niño mejoró?
6. Redefinir el problema
Una redefinición
consiste en un cambio del sentido y valor que una persona atribuye a un aspecto
particular de la realidad que le resulta penoso y/o lo vive con sufrimiento. En
un sentido práctico, se puede entender como una intervención por medio de la
cual el asesor ofrece al maestro una forma alternativa de entender lo que les
sucede. Ejemplos de ellos pueden ser:
• Reencuadres normativos: Se toman por ejemplos otros casos o
historias semejantes a la situación de los alumnos en los cuales se resalta
como natural, esperable o normal tal o cual reacción, sentimiento o conducta.
• Reencuadres psicoeducativos: Dar información validada por
la ciencia que les sirva a la maestra para entender mejor lo que pasa y así
tomar decisiones para llevar a cabo acciones.
• Reencuadres de descripción circular: Se describe en tiempo
pasado el Patrón Interpersonal Problemático (PIP) y en tiempo presente el
Patrón interpersonal de Solución (PIS)
7. Co-construir la intervención:
Con
base a la entrevista de asesoría:
• Asesor y maestro diseñan una estrategia de intervención
• Establecen acuerdos y compromisos
Conclusión
Hasta
aquí se han presentado una serie de pautas para la intervención en contextos
escolares. Se concluye con la sugerencia de llevar a cabo uno o dos encuentros
con la maestra en un formato de entrevista. Las pautas pueden realizarse todas
o solo alguna de ellas, en orden o en desorden y con diferentes combinaciones según
el propio criterio del asesor. Lo primordial es que con la información recabada
puedan diseñar un plan para modificar las pautas problemáticas y aumentar la
pautas de solución.
Fuentes:
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E. y Artini, A. (2011) Curar la escuela. Herder, Barcelona.
Beyebach,
M. y Herrero de Vega, M. (2018) Intervención escolar centrada en soluciones.
Herder, Barcelona.
Charles,
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Monterrey.
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Barcelona
Domínguez, Jorge (2008) La terapia breve sistémica en el tratamiento del TDAH. Ediciones CREE-SER. Monterrey, N.L.
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Escudero,
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Fiorenza,
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García,
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Micucci,
Joseph. (2005) El adolescente en la terapia familiar. Amorrortu editores,
Buenos Aires.
Walsh,
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Aires. Amorrortu.
Watzlawick,
Paul (1992) Cambio. Formación y solución de los problemas humanos. Herder,
Barcelona.
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