Los
problemas que se abordan en la práctica de la orientación educativa requieren de una atención con una perspectiva
sistémica y ecológica. En esta entrada se revisa una propuesta para utilizar un
marco sistémico para los problemas del aula. En ella, se describen una serie de
ideas y herramientas que permiten reflexionar sobre la intervención de la orientación
educativa bajo la luz de un paradigma sistémico, cibernético y constructivista.
En principio, se exponen los presupuestos básicos del paradigma sistémico en el contexto de la escuela,
seguido de la revisión de 3 elementos para la conceptualización de los
problemas escolares. Para finalizar presentando una propuesta de intervención desde un
enfoque sistémico- estratégico.
Presupuestos
básicos del paradigma sistémico en la Orientación Educativa
Dos
son los presupuestos teóricos que fundamentan la intervención sistémica en la
Orientación Educativa. El primero surge de la idea de que todo problema escolar
se presenta en un contexto de relación. El alumno pertenece a sistemas más
amplios (llamados familia y escuela) y estos interactúan en torno a un proceso
definido como educación compartida. Los elementos alumno, escuela y familia se
influyen recíprocamente compartiendo a su vez estrés y recursos (véase gráfica abajo)
El
segundo presupuesto parte de la idea de que los problemas escolares se
mantienen por los intentos de solución ineficaces que los agentes educativos
llevan a cabo para solucionar tales problemas. Para entender esta premisa Watzlawick
(2012) propone diferenciar las dificultades de los problemas. Para este autor
las dificultades son todas aquellas situaciones indeseables que, o bien puede
resolverse mediante algún acto de sentido común, o bien, debido a que se trata
de situaciones de vida corrientes y que para las cuales no existe solución,
solamente se sobrellevan. Los problemas, en contraste, son callejones sin
salida, situaciones que aparentan no tener solución, crisis, etc. creados y
mantenidos al enfocar mal las dificultades. Señala que existen 3 formas de
abordar inadecuadamente una dificultad: 1) es preciso actuar, pero no se actúa;
2) se actúa cuando no se debería y 3) se actúa en un nivel equivocado.
El
siguiente esquema ejemplifica gráficamente el presupuesto. El menor, en su paso
por la escuela, se enfrenta a diversos eventos estresantes vitales que le
exigen poner a prueba sus habilidades de afrontamiento y las de su entorno
(apoyo social y cuidado interpersonal). Cuando estos eventos son superados
permiten que el alumno presente un crecimiento. De lo contrario, si estos
eventos no son superados de manera adecuada se genera un problema que es
generado, mantenido y/o croníficado por los intentos de solución ineficaces
llevados a cabo por los agentes educativos.
Los
intentos de solución fallidos presentan la lógica de “hacer más de lo mismo”
para resolver el problema y se convierten en verdaderos patrones
interpersonales problemáticos que se perpetúan. El la figura 3 se describe un
PIP común en contextos escolares: La persona percibe el problema y su
incapacidad para resolverlo, pasando por alto las excepciones (restricción
cognitiva). Por tanto intentará solucionar el problema aplicando más dosis de
lo que no le ha funcionado o llevando a cabo otras acciones que forman parte
del mismo nivel lógico al que pertenece el Intento de Solución Inadecuado
(redundancia conductual). Estos esfuerzos darán como resultado tan sólo un
cambio de tipo 1 que instalará en la persona una sensación constante de
incapacidad (desmoralización).
¿Qué
mantiene el problema?: la mirada sistémica en los problemas del aula.
Evaluación
interaccional
La
pregunta sobre “¿qué mantiene el problema?” orienta el trabajo de
conceptualización del caso evocando las hipótesis sistémicas del profesional,
es decir, la atribución o explicación que da acerca de lo que hace que la queja
persista a lo largo del tiempo. Está explicación le permitirá
elaborar un plan de intervención. La explicación que ofrece el profesional
mantendrá congruencia con los presupuestos teóricos de una perspectiva sistémica.
Se proponen a continuación 3: a) descripción de los patrones interpersonales
problemáticos, b) descripción de los patrones intrapersonales problemáticos y
c) Identificación de los intentos de solución fallidos.
a) Patrones
interpersonales problemáticos comunes
1) Entre
más papá, mamá y maestra empujan, es decir, se preocupan, se
sobreinvolucran, le facilitan las cosas para que le vaya bien en la escuela /
el alumno más se arrastra, es decir, más le flojea,
aplica el mínimo esfuerzo, se despreocupa.
2) Entre
más papá, mamá y/o maestra lo intentan controlar, lo
vigilan, se conducen hiperexigentes/ el alumno más se rebela,
desafía, se opone a las exigencias de los agentes educativos.
3) Entre
más papá, mamá y otros agentes educativos controlan, vigilan se
sobreinvolucran en las responsabilidades escolares/ el alumno más crea dependencia de
los adultos a cargo y esto impide que se haga cargo de su propio aprendizaje.
4) Entre
más mamá y maestra lo protegen, evitan que experimente las
consecuencias/ el alumno más abusa, se aprovecha, se
conduce irresponsable.
5) Entre
más papá, mamá y/o maestra le exigen de más, se conducen
hipercríticos y perfeccionistas/ el alumno más se atolondra, se
paraliza y comete más fallas en la escuela.
6) Entre
más papá y mamá delegan su responsabilidad en el
acompañamiento, apoyo y supervisión escolar/ el alumno más se sale con
la suya, es decir, aprovecha la oportunidad para realizar el mínimo
esfuerzo, evitar trabajar, etc.
b) Patrones
intrapersonales problemáticos comunes
·
PIP de la evitación. El alumno evita todo esfuerzo en lo
que respecta a las tareas escolares, por tanto, no practica y no logra los
aprendizajes esperados. La ventaja de mantenerse en esa zona de confort es
mayor que las ventajas de experimentar logros académicos.
· PIP
de la ansiedad de desempeño. El alumno experimenta temor
desproporcionado de no cumplir con las expectativas escolares. Ante el reto
académico presenta sentimientos de incapacidad e ideas catastróficas que le
paralizan y le hace cometer errores que confirman sus ideas de incapacidad.
·
PIP del sentido de autoeficacia. El alumno se conduce
inseguro frente a las actividades escolares debido a una narrativa de baja
autoeficacia (por ejemplo, “no soy bueno para las matemáticas”). Esta narrativa
lo lleva a evitar las actividades debido a que piensa que “no va a poder
realizarlas”
· PIP
del manejo de estrés. El alumno no ha desarrollado herramientas o
recursos para el manejo de estrés que provocan las actividades escolares.
Presenta baja tolerancia a la frustración y la idea de que no es capaz de
soportar el estrés. La acumulación de estrés traerá consigo síntomas somáticos
e importante disminución de las capacidades cognitivas.
c) Intentos
de solución fallidos comunes
· Profecía
de autocumplimiento. Son aquellas predicciones que, una vez hechas,
son las responsables de que sucedan, de que se conviertan en realidad. Se trata
del impacto que las previsiones o expectativas negativas o positivas tienen
sobre la conducta de persona que las recibe.
Creación
de caso. El profesor interviene tratando de implicar a otras personas
como los técnicos (psicólogos, pedagogos, etc.) que formulan clasificaciones
psicopatológicas, cayendo en la vieja concepción de la etiqueta patológica que
coloca dentro del individuo, en vez de en la estructura o en el contexto, las
razones del funcionamiento, o la culpa, de aquello que está sucediendo.
· Pedir
responsabilidad quitándola. Los padres y/o los maestros se quejan de
la falta de responsabilidad o incluso del “infantilismo” de su hijo y sin
embargo lo promueven al asumir ellos constantemente la responsabilidad.
· Intentar
llegar a acuerdos mediante la oposición. Sermones, reclamos, argumentos,
críticas, etc. en relaciones interpersonales que requieren
colaboración: padre-hijo, maestro-alumno.
La
intervención sistémica en la Orientación Educativa.
El propósito
de la intervención sistémica en la Orientación educativa es modificar las
pautas interaccionales que mantienen o empeoran el problema para que puedan
surgir entre los miembros de la familia y del sistema escolar pautas alternativas satisfactorias y
recursos para afrontar las dificultades. El método se desarrolla en 6 pasos:
1) Clarificar el problema:
Es importante comenzar por una comprensión clara acerca de la queja que ha traído
el alumno o el agente educativo a la orientación.
2) Describir la pauta y/o identificar la solución intentada: Por un lado, establecer una redescripción circular del
problema permitirá identificar posibilidades y planear alternativas de cambio.
Por otro lado, una comprensión completa y exacta de lo que las personas han
intentado hacer para resolver el problema permitirá encontrar un denominador
común de estos esfuerzos y conocer la lógica que utilizan los miembros del
sistema al llevarlos a cabo.
3) Decidir qué se debe evitar: Es importante que el orientador educativo entienda bien lo
que hay que evitar con el fin de no colaborar en el mantenimiento del problema.
4) Formular un enfoque estratégico: Las estrategias efectivas suelen ser dos: para el trabajo
con los Intentos de solución fallidos, aquellas que se oponen al impulso básico
del alumno o el agente educativo, apartándose en 180 grados de dicha dirección.
Para el trabajo a partir de los patrones interpersonales problemáticos, el mínimo
cambio en alguno de los eslabones del circuito, esperando que perturbe al problema
y se modifique.
5) Formular tácticas concretas: El orientador educativo hace frente a las preguntas ¿Cuál de
las acciones planeadas será más eficaz para impedir la anterior solución o para
perturbar el patrón de la queja?, ¿Qué miembro del sistema es el indicado para
iniciar el cambio?, y ¿Cuál sería la acción que llevaría con mayor facilidad?
Una vez contestadas, el profesional elaborará la propuesta en forma de
directiva o reencuadre.
6) Encuadrar la sugerencia en un contexto: Después de que el orientador educativo ha formulado una tarea
o un reencuadre, necesita planear la manera en que “venderá” la intervención,
es decir lograr que los miembros del sistema adopten un curso de acción que en
otras circunstancias se negarían a adoptar.
Conclusiones
Hasta
aquí se han presentado una serie de ideas para integrar el pensamiento
sistémico a la práctica de la Orientación Educativa. Se concluye que la
perspectiva sistémica proporciona a la Orientación educativa un marco de
pensamiento, que permite entender los problemas que resultan de la vida humana
e interpersonal en la escuela y elaborar posibles maneras para solucionarlos.
Fuentes
Balbi,
E. y Artini, A. (2011) Curar la escuela. Herder, Barcelona.
Beyebach,
M. y Herrero de Vega, M. (2018) Intervención escolar centrada en soluciones.
Herder, Barcelona.
Charles,
Ruperto. (2007) Soluciones para parejas y padres. Editorial Cree-Ser,
Monterrey.
Fiorenza,
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García,
Felipe. (2013) Terapia sistémica breve. RIL editores, Santiago de Chile.
Micucci,
Joseph. (2005) El adolescente en la terapia familiar. Amorrortu editores,
Buenos Aires.
Watzlawick,
Paul (2012) Cambio. Formación y solución de los problemas humanos. Herder,
Barcelona.