domingo, 21 de junio de 2020

La perspectiva sistémica en la Orientación Educativa



Los problemas que se abordan en la práctica de la orientación educativa requieren de una atención con una perspectiva sistémica y ecológica. En esta entrada se revisa una propuesta para utilizar un marco sistémico para los problemas del aula. En ella, se describen una serie de ideas y herramientas que permiten reflexionar sobre la intervención de la orientación educativa bajo la luz de un paradigma sistémico, cibernético y constructivista. En principio, se exponen los presupuestos básicos del paradigma sistémico en el contexto de la escuela, seguido de la revisión de 3 elementos para la conceptualización de los problemas escolares. Para finalizar presentando una propuesta de intervención desde un enfoque sistémico- estratégico.   

Presupuestos básicos del paradigma sistémico en la Orientación Educativa

Dos son los presupuestos teóricos que fundamentan la intervención sistémica en la Orientación Educativa. El primero surge de la idea de que todo problema escolar se presenta en un contexto de relación. El alumno pertenece a sistemas más amplios (llamados familia y escuela) y estos interactúan en torno a un proceso definido como educación compartida. Los elementos alumno, escuela y familia se influyen recíprocamente compartiendo a su vez estrés y recursos (véase gráfica abajo)




El segundo presupuesto parte de la idea de que los problemas escolares se mantienen por los intentos de solución ineficaces que los agentes educativos llevan a cabo para solucionar tales problemas. Para entender esta premisa Watzlawick (2012) propone diferenciar las dificultades de los problemas. Para este autor las dificultades son todas aquellas situaciones indeseables que, o bien puede resolverse mediante algún acto de sentido común, o bien, debido a que se trata de situaciones de vida corrientes y que para las cuales no existe solución, solamente se sobrellevan. Los problemas, en contraste, son callejones sin salida, situaciones que aparentan no tener solución, crisis, etc. creados y mantenidos al enfocar mal las dificultades. Señala que existen 3 formas de abordar inadecuadamente una dificultad: 1) es preciso actuar, pero no se actúa; 2) se actúa cuando no se debería y 3) se actúa en un nivel equivocado.     

El siguiente esquema ejemplifica gráficamente el presupuesto. El menor, en su paso por la escuela, se enfrenta a diversos eventos estresantes vitales que le exigen poner a prueba sus habilidades de afrontamiento y las de su entorno (apoyo social y cuidado interpersonal). Cuando estos eventos son superados permiten que el alumno presente un crecimiento. De lo contrario, si estos eventos no son superados de manera adecuada se genera un problema que es generado, mantenido y/o croníficado por los intentos de solución ineficaces llevados a cabo por los agentes educativos.



Los intentos de solución fallidos presentan la lógica de “hacer más de lo mismo” para resolver el problema y se convierten en verdaderos patrones interpersonales problemáticos que se perpetúan. El la figura 3 se describe un PIP común en  contextos escolares: La persona percibe el problema y su incapacidad para resolverlo, pasando por alto las excepciones (restricción cognitiva). Por tanto intentará solucionar el problema aplicando más dosis de lo que no le ha funcionado o llevando a cabo otras acciones que forman parte del mismo nivel lógico al que pertenece el Intento de Solución Inadecuado (redundancia conductual). Estos esfuerzos darán como resultado tan sólo un cambio de tipo 1 que instalará en la persona una sensación constante de incapacidad (desmoralización).



¿Qué mantiene el problema?: la mirada sistémica en los problemas del aula.

Evaluación interaccional

La pregunta sobre “¿qué mantiene el problema?” orienta el trabajo de conceptualización del caso evocando las hipótesis sistémicas del profesional, es decir, la atribución o explicación que da acerca de lo que hace que la queja persista a lo largo del tiempo.  Está explicación le permitirá elaborar un plan de intervención. La explicación que ofrece el profesional mantendrá congruencia con los presupuestos teóricos de una perspectiva sistémica. Se proponen a continuación 3: a) descripción de los patrones interpersonales problemáticos, b) descripción de los patrones intrapersonales problemáticos y c) Identificación de los intentos de solución fallidos.
  
a)    Patrones interpersonales problemáticos comunes

1) Entre más papá, mamá y maestra empujan, es decir, se preocupan, se sobreinvolucran, le facilitan las cosas para que le vaya bien en la escuela / el alumno más se arrastra, es decir, más le flojea, aplica el mínimo esfuerzo, se despreocupa.




2) Entre más papá, mamá y/o maestra lo intentan controlarlo vigilan, se conducen hiperexigentes/ el alumno más se rebela, desafía, se opone a las exigencias de los agentes educativos.
  


3) Entre más papá, mamá y otros agentes educativos controlan, vigilan se sobreinvolucran en las responsabilidades escolares/ el alumno más crea dependencia de los adultos a cargo y esto impide que se haga cargo de su propio aprendizaje.



4) Entre más mamá y maestra lo protegen, evitan que experimente las consecuencias/ el alumno más abusa, se aprovecha, se conduce irresponsable.



5) Entre más papá, mamá y/o maestra le exigen de más, se conducen hipercríticos y perfeccionistas/ el alumno más se atolondra, se paraliza y comete más fallas en la escuela.



6) Entre más papá y mamá delegan su responsabilidad en el acompañamiento, apoyo y supervisión escolar/ el alumno más se sale con la suya, es decir, aprovecha la oportunidad para realizar el mínimo esfuerzo, evitar trabajar, etc.



b)    Patrones intrapersonales problemáticos comunes

·  PIP de la evitación.  El alumno evita todo esfuerzo en lo que respecta a las tareas escolares, por tanto, no practica y no logra los aprendizajes esperados. La ventaja de mantenerse en esa zona de confort es mayor que las ventajas de experimentar logros académicos.   

· PIP de la ansiedad de desempeño. El alumno experimenta temor desproporcionado de no cumplir con las expectativas escolares. Ante el reto académico presenta sentimientos de incapacidad e ideas catastróficas que le paralizan y le hace cometer errores que confirman sus ideas de incapacidad.

·   PIP del sentido de autoeficacia. El alumno se conduce inseguro frente a las actividades escolares debido a una narrativa de baja autoeficacia (por ejemplo, “no soy bueno para las matemáticas”). Esta narrativa lo lleva a evitar las actividades debido a que piensa que “no va a poder realizarlas”  

·   PIP del manejo de estrés. El alumno no ha desarrollado herramientas o recursos para el manejo de estrés que provocan las actividades escolares. Presenta baja tolerancia a la frustración y la idea de que no es capaz de soportar el estrés. La acumulación de estrés traerá consigo síntomas somáticos e importante disminución de las capacidades cognitivas.  

c)    Intentos de solución fallidos comunes

· Profecía de autocumplimiento. Son aquellas predicciones que, una vez hechas, son las responsables de que sucedan, de que se conviertan en realidad. Se trata del impacto que las previsiones o expectativas negativas o positivas tienen sobre la conducta de persona que las recibe.

 Creación de caso. El profesor interviene tratando de implicar a otras personas como los técnicos (psicólogos, pedagogos, etc.) que formulan clasificaciones psicopatológicas, cayendo en la vieja concepción de la etiqueta patológica que coloca dentro del individuo, en vez de en la estructura o en el contexto, las razones del funcionamiento, o la culpa, de aquello que está sucediendo.

·  Pedir responsabilidad quitándola. Los padres y/o los maestros se quejan de la falta de responsabilidad o incluso del “infantilismo” de su hijo y sin embargo lo promueven al asumir ellos constantemente la responsabilidad.

· Intentar llegar a acuerdos mediante la oposición. Sermones, reclamos, argumentos, críticas, etc. en  relaciones interpersonales que requieren colaboración: padre-hijo, maestro-alumno.

La intervención sistémica en la Orientación Educativa.

El propósito de la intervención sistémica en la Orientación educativa es modificar las pautas interaccionales que mantienen o empeoran el problema para que puedan surgir entre los miembros de la familia y del sistema escolar pautas alternativas satisfactorias y recursos para afrontar las dificultades. El método se desarrolla en 6 pasos:

1)    Clarificar el problema: Es importante comenzar por una comprensión clara acerca de la queja que ha traído el alumno o el agente educativo a la orientación.

2)    Describir la pauta y/o identificar la solución intentada: Por un lado, establecer una redescripción circular del problema permitirá identificar posibilidades y planear alternativas de cambio. Por otro lado, una comprensión completa y exacta de lo que las personas han intentado hacer para resolver el problema permitirá encontrar un denominador común de estos esfuerzos y conocer la lógica que utilizan los miembros del sistema al llevarlos a cabo.

3)    Decidir qué se debe evitar: Es importante que el orientador educativo entienda bien lo que hay que evitar con el fin de no colaborar en el mantenimiento del problema.

4)    Formular un enfoque estratégico: Las estrategias efectivas suelen ser dos: para el trabajo con los Intentos de solución fallidos, aquellas que se oponen al impulso básico del alumno o el agente educativo, apartándose en 180 grados de dicha dirección. Para el trabajo a partir de los patrones interpersonales problemáticos, el mínimo cambio en alguno de los eslabones del circuito, esperando que perturbe al problema y se modifique.  

5)    Formular tácticas concretas: El orientador educativo hace frente a las preguntas ¿Cuál de las acciones planeadas será más eficaz para impedir la anterior solución o para perturbar el patrón de la queja?, ¿Qué miembro del sistema es el indicado para iniciar el cambio?, y ¿Cuál sería la acción que llevaría con mayor facilidad? Una vez contestadas, el profesional elaborará la propuesta en forma de directiva o reencuadre.  

6)    Encuadrar la sugerencia en un contexto: Después de que el orientador educativo ha formulado una tarea o un reencuadre, necesita planear la manera en que “venderá” la intervención, es decir lograr que los miembros del sistema adopten un curso de acción que en otras circunstancias se negarían a adoptar.     

Conclusiones

Hasta aquí se han presentado una serie de ideas para integrar el pensamiento sistémico a la práctica de la Orientación Educativa. Se concluye que la perspectiva sistémica proporciona a la Orientación educativa un marco de pensamiento, que permite entender los problemas que resultan de la vida humana e interpersonal en la escuela y elaborar posibles maneras para solucionarlos.  


Fuentes

Balbi, E. y Artini, A. (2011) Curar la escuela. Herder, Barcelona.
Beyebach, M. y Herrero de Vega, M. (2018) Intervención escolar centrada en soluciones. Herder, Barcelona.
Charles, Ruperto. (2007) Soluciones para parejas y padres. Editorial Cree-Ser, Monterrey.
Fiorenza, A. y Nardone, G. (2004) La intervención estratégica en los contextos educativos. Herder, Barcelona
García, Felipe. (2013) Terapia sistémica breve. RIL editores, Santiago de Chile.
Micucci, Joseph. (2005) El adolescente en la terapia familiar. Amorrortu editores, Buenos Aires.
Watzlawick, Paul (2012) Cambio. Formación y solución de los problemas humanos. Herder, Barcelona. 

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